BLOG | Artículos de Opinión

Agrelo: “Los emigrantes son la evidencia de un mundo injusto, perverso, atravesado por una violencia institucionalizada contra los pobres»

Y en mitad de un aula, en el centro de Madrid, surgió la profecía. “Los emigrantes son la evidencia de un mundo injusto, perverso, atravesado por una violencia institucionalizada contra los pobres. Ellos son las víctimas de un modo de entender la vida, las relaciones, el trabajo o la dignidad de las personas. Hoy creemos ser como Dios, hemos alargado la mano, nos hemos apoderado del Paraíso, hemos llenado de pobres el camino de la Tierra, y fingimos haber encontrado la felicidad. Hemos pagado un precio tan alto por la traición a la Humanidad que no somos capaces de reconocer que nos hemos equivocado”.

“A mí me gusta ser impertinente”. Así arrancó su intervención el arzobispo emérito de Tánger, Santiago Agrelo, que esta noche intervino en una conferencia en una abarrotada sala de la Universidad de Comillas. Tanta gente hubo, que el centro hubo de habilitar otra estancia mayor, y aún así, mucho tuvieron que seguirlo por streaming.

No defraudó Agrelo, quien quiso dejar claro desde el principio que “no es lo mismo leer el Evangelio en tierra firme, en nuestro mundo, en nuestro bienestar, que hacerlo en una patera. No es lo mismo predicar en una catedral que entre los ahogados”.

Engañosa seguridad de nuestros graneros repletos

El franciscano tiró con bala contra “la engañosa seguridad de nuestros graneros repletos”, donde no cabe “ninguna esperanza”. “Somos hombres y mujeres instalados en nuestro bienestar”, denunció, añadiendo que “la misma dificultad que tenemos para acoger al emigrante, la tenemos para acoger a Cristo”.

Vivimos en la engañosa seguridad de nuestros fosos, de nuestras concertinas, de nuestro dinero”, clamó el obispo-profeta. “Si no tenemos hambre, Cristo no significa nada”, subrayó, para deducidr que ninguna palabra, ni siquiera las del Papa, “significará nada si no las lee un pobre, y si ese pobre no la lee con fe”.

Agrelo no pudo evitar la emoción al referirse a los 681 migrantes que “perecieron en el Mediterráneo” entre el 1 de enero y el 4 de julio. “Cristo te quiere, y te quiere vivo”, proclaman los escritos. Unas palabras que “sin la fe serían un sarcasmo”. “Podemos dejarnos llevar por la tristeza, los rencores, las dudas, los fracasos… pero yo estas palabras siempre las leo delante de los 681 cadáveres”, exclamó.

Responsabilidad personal

Junto a ello, una llamada al compromiso personal, comunitario, de Iglesia. “Dios no puede hacerlo, ¡lo tenemos que hacer nosotros!”. “Ese es el compromiso de la Iglesia, es la misión de la Iglesia. No pongan rebajas o peros a la hora de estar con los emigrantes.” pidió. “Pese a todo, la Iglesia tendrá que estar con ellos contra todos, entre ellos frente a todos. Mientras esto no lo tengamos claro los políticos continuarán sin buscar una respuesta a la tragedia de las fronteras, que no es un problema para nosotros, sino una tragedia para los inmigrantes”.

“Existe un mundo de desposeídos de todo por la ambición, la envidia, la fuerza de los poderosos (que somos nosotros). Ese es el mundo de los que Dios ha escogido para salvar mañana nuestras vidas”, subrayó Agrelo. “Estos chicos, esos jóvenes, son la debilidad de Dios”, tradujo, sospechando que “el Jesús de los Evangelios para los jóvenes no es el que presentamos en la Iglesia”.

Tenemos que dejar de engañarnos y hacer de la Iglesia un refugio para encontrar consuelo a nuestros debilidades. Si no queremos que Dios o la Iglesia sean palabras vacías, tenemos que dejar que sea Jesús quien las llene”, explicó el arzobispo, quien proclamó su Credo particular.

El Credo de Agrelo

“Mi única razón para creer es Jesús, si no no creería en Dios. Creo en Dios Padre porque Jesús me lo ha hecho creíble. Creo en la Palabra, porque en Jesús esa palabra se me hizo cercana. Creo en el Espíritu, porque en Jesús ese espíritu se me hizo don, regalo, gracia”.

“No busquemos a Cristo en una sabia doctrina de no sé qué”, se rebeló Agrelo, quien reconoció tener “una guerra personal con el misal que utilizamos, que está todo centrado en la doctrina y la verdad, pero no arreglan ni un solo problema de la vida, ¡ni uno solo!”

“El amor de Dios no es creíble si no lo encuentran en nosotros”, añadió. “Sólo de esa Iglesia se puede decir que es el Cuerpo de la Esperanza, que es Cristo Jesús”. “No tendrá sentido alguno que digamos Cristo vive si quienes necesitan de él no se tropiezan con él, no sienten el abrazo de su amor en su Iglesia. Y aquí, para dar fe de lo que somos, de la autenticidad de nuestra fe cristiana, y de la fidelidad de la misión que se nos ha confiado, no caben más amigos que los pobres”.

Gente que ha perdido la fe

“Es obvio que hacemos nuestras como Iglesia las razones que se utilizan en la sociedad para rechazar a los migrantes. Razonamos como sociólogos y economistas ante la migración, pero no como cristianos. Razonamos como gente que ha perdido la fe”, disparó. “Sólo una Iglesia de los últimos tiene futuro”.

En el turno de preguntas, Agrelo lamentó cómo “muchas de las decisiones que se toman obedecen a razones de seguridad, razones de miedo” y, sin citar a Vox, denunció que “hay quien está interesado en infundir miedo para poder manipular luego a las personas”.

“Con relación a los emigrantes, se ha instalado el miedo en el lenguaje político, social o de ciertas líneas de medio de comunicación de la Iglesia”, fulminó el arzobispo. “Están poniendo un ejército en la frontera, hasta el punto que interiorizamos que al otro lado no hay pobres, sino un ejército de personas que van a invadirnos”.

La «ideología trasnochada» de Sarah

Preguntado por las afirmaciones del cardenal Sarah sobre los refugiados, Agrelo lamentó la “ideología trasnochada” del purpurado, una ideología con la que muchísima gente se sentiría segura y tranquila”.

“Este hombre quisiera volver a la misa en latín , de espaldas al pueblo. ¿Qué tiene de ventaja esa mentalidad? Ser cristiano de esa manera es fácil. Voy a misa todos los domingos, subo al cielo, bajo al cielo, procuro no pasar por el purgatorio, y puedo desentenderme del vecino que no tiene trabajo, del que está enfermo… Es una forma de ser cristianos que le va a mucha gente (…) Yo estoy convencido de que el Evangelio es de otra manera”.

Jesús Bastante
Artículo publicado en Religión Digital

¿Quieres dejarnos algún comentario?

Tu email no será publicado, únicamente tu nombre y comentario.