BLOG | Artículos de Opinión

Eduardo Mendoza

LIBRO: El REY RECIBE

AUTOR: EDUARDO MENDOZA

EDITORIAL SEIX BARRAL

AÑO.2018

……………………………………………………………………

Barcelona 1968. A partir de ahí son los años que denominaríamos el tardofranquismo. El protagonista, Rufo Batalla, joven que empieza y que busca no solo un puesto de trabajo como periodista, sino un lugar en la vida, se ve sometido y sufre sus primeros sinsabores en un periódico vespertino. De ahí saltará a una revista de marcada línea  amarillista. Son sus primeros pasos después de haber concluido los estudios universitarios.

El autor nos retrata a través del personaje, la sociedad catalana del momento, sus circunstancias y oportunidades, más bien escasas para los que no sean del Régimen. 

Eduardo Mendoza siempre vuelve a Barcelona en sus novelas. En “La verdad sobre el caso Savolta”, su opera prima, nuestro autor supo retratar como pocos la situación social y política de los años veinte. Las luchas obreras, la defensa sindical, la respuesta de los patronos, el florecimiento del anarquismo y las luchas reivindicativas de los desheredados contra los poderosos. Es una burguesía que se ha enriquecido con la neutralidad ante las grandes potencias protagonistas del conflicto  bélico de 1914 .18. Son los locos años veinte. Es en ese ámbito vital en que para lograr luchar contra las desigualdades, el tono reivindicativo alcanza niveles considerables de violencia en las calles de las principales ciudades y centros fabriles del entono de Barcelona. Así quedó retratado el escenario de represión organizada por Martínez Anido que acabó dando como resultado los asesinatos, entre otros, del líder obrero Salvador Seguí, el “Noi del Sucre” y del abogado laboralista Francesc Leyret, cabezas significativas de la defensa de los obreros. Son momentos previos y amargos al golpe militar de 1923 a cargo del General Primo de Rivera. 

La novela tuvo problemas con la censura y solo vio la luz hasta después de las primeras elecciones de 1977.

En este otro relato de ficción el autor nos sitúa en un escenario diferente, más tenue, pero no menos real de las postrimerías de la dictadura del General Franco. Es una Barcelona más moderna, más desarrollada y no menos laboriosa, pero agazapada, a la espera de acontecimientos, en proceso de digestión del franquismo. Y en este caso, además, apoyándose en la figura de un protagonista salido de la clase media.

El relato narrativo de Eduardo Mendoza es siempre sencillo, fácil, directo y elegante, no exento de cultismos. El protagonista salta de la Barcelona de los años 60, donde se recogen las peripecias de un incipiente periodista que sufre sus tribulaciones iniciales, bajo un horizonte mezquino y aburrido, hasta  acabar alumbrando un punto final que lo proyecta a salir de España. 

La oficina de la cámara de comercio de España en New York es el punto de llegada. Allí a Rufo Batalla se le ofrece la oportunidad de abandonar lo vivido en un país en el que no encuentra sitio, y  buscar otros horizontes. Parece un relato paralelo al del propio autor que ejerciendo en Barcelona con el oficio de abogado acaba recalando en la ONU como traductor.

Este conocimiento de la experiencia propia nos alumbra el nuevo paisaje neoyorquino y nos permite seguir las peripecias del protagonista. Es un escenario en que cada uno es dueño de su propio destino. Esa pérdida del entorno familiar, de las referencias de su tribu, de su novia y de sus amigos, de su vida en la Barcelona natal, se contrapone a la bandera del americano medio, donde el individualismo constituye las señas de identidad, el punto de referencia de todo hogar norteamericano. Destila por ello el relato un punto de ironía, y avanza en ese camino entre el anonimato y la soledad que como contrapartida se presenta ante el personaje. Es magistral la descripción de su deambular por las calles de Manhattan, como los cuadros de Hopper.

Otro momento estelar del relato es la visita a Nueva York de los entonces Príncipes Juan Carlos I y Sofía a las dependencias de la Cámara de Comercio. Los comentarios de su visita y las impresiones por su presencia dentro de la encomienda de familiarizarse con su futuro destino de Reyes de España son analizados con detalle. La visita y los diálogos de los funcionarios allí destinados destilan humor e ironía.

“El rey recibe” es un lienzo de ese despertar a las primeras experiencias y ambiciones, la definición de objetivos, el compartir momentos con personas de tu entorno, que acabarán por abrir en el personaje abundantes reflexiones sobre muchos temas y entre otros si volver o no al punto de partida.

El relato concluye con el atentado de Carrero Blanco en 1973, en que comienza la transición política en España, quizá otro incentivo más para que el protagonista se sienta concernido y tome decisiones respecto a su situación. 

Pedro Liébana Collado

 

¿Quieres dejarnos algún comentario?

Tu email no será publicado, únicamente tu nombre y comentario.