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Emérito

Hace unos días se nos apareció el Sr. Aznar para manifestar urbi et orbe que si el rey emérito no creía en la monarquía no parece que haya motivo para que nosotros creamos en ella. O cosa parecida.

Pero no se pregunta el porqué de semejante descreimiento. Y entonces me vino a la memoria (flaca ya, por cierto) que allá por lo años noventa hubo un ministro de economía que dijo aquello de que España era el mejor país para hacer negocios. Y tuvo tal éxito que en escasos años nuestra patria, o lo que sea, se convirtió en el paraíso del “pelotazo”, al que como vultúridos se nos vinieron encima especuladores
de todos los horizontes.

Digo yo, que, viendo la cosa, nuestro monarca debió pensar que si era lícito aprovecharse del mando para enriquecerse sin límite, porqué no podría hacerlo él también. No es que el hombre sea una lumbrera, pero tonto del todo no es. Así que debió `ponerse manos a la obra con gran éxito, que hasta le regalaban barquitos para que se entretuviera. Y unos diez años después (sigo con mi memoria trastabillada) se publicó en una revista (extranjera, of course) que su fortuna personal andaba por los
mil doscientos millones de euros, sin que nadie se asustara ni nada y sin que ningún patriota de los muchos que andan por los medios perdiera el tiempo en investigarlo o en desmentirlo. Esta cifra parece más en consonancia con los regalos que hace su augusta persona a su ex-lo que sea- por los servicios prestados que el miserable monto de más de cuatro millones que se dice que tomó en préstamo hace poco.

Como no soy adivino no entro a averiguar de dónde venían los ingresos ni el porqué de ellos, no sea que me empapelen. En todo caso basta con que, sabiendo quien dispone en abundancia de la pasta gansa, penséis mal y acertaréis.

Juan García Caselles

  1. Joaquín Navarro Castell Says:

    Te he buscado y te he encontrado. Un fuerte abrazo. Ximo

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