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Ruta de la corrupción. Valencia ya tuvo su ‘Tramabús’ por iniciativa ciudadana

El Tramabús de Podemos que recorre las calles de Madrid desde este lunes no es una idea nueva. Los pioneros en hacer circuitos para criticar la corrupción fueron los valencianos, a través de las Rutas del Despilfarroque organizaba el colectivo Xarxa Urbana de València. Se iniciaron en 2012 y la última se hizo hace un año, en abril de 2016, bajo el título la ‘Tras las huellas de Rita Barberá: del ‘caloret’ corrupto al peso de la justicia’, que visitaba los puntos negros de la gestión de la exalcaldesa.

El autocar de Madrid es más llamativo en su exterior: utiliza los rostros de Esperanza Aguirre, José María Aznar, Felipe González, Rodrigo Rato o Miguel Blesa. Pero el funcionamiento es similar. El bus de Podemos hace paradas en los puntos que vinculan con tramas españolas de corrupción, como FCC, Endesa, Iberdrola, o las Torres Kio, donde se encuentra Caja Madrid.

La Ruta del Despilfarro en su visita al nuevo estadio del Mestalla

La Ruta del Despilfarro en su visita al nuevo estadio del Mestalla (LVD)

El autobús del despilfarro valenciano era menos exhibicionista, pero también hacía paradas en puntos negros de la gestión del Partido Popular como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, colegios en barracones, la visita del Papa, depuradora de Emarsa, el nuevo Mestalla, barrio del Cabanyal, etc.

Eso sí, en las paradas llamaban más la atención. Si Pablo Iglesias ha sido quien ha explicado en Madrid “cómo funciona la trama que está parasitando las instituciones públicas” a su paso por las Torres Kio, en València eran los periodistas Miguel Ángel Ferris y Teresa Galindo quienes, altavoz en mano, se encargaban de explicar las luchas ciudadanas y los casos de corrupción a quienes asistían a la ruta.

En las paradas se hacían ‘performances’, como colocarse una máscara junto a la depuradora de Pinedo porque “la corrupción también huele mal”. Además, contaban con la participación de representantes de las organizaciones sociales afectadas en cada punto del recorrido.

Visita a la depuradora Emarsa en Valencia, 'donde la corrupción también huele mal', durante la Ruta del Despilfarro

Valencia, ‘donde la corrupción también huele mal’, durante la Ruta del Despilfarro (LVD)

Apareció en 80 medios de comunicación de todo el mundo

En su día, la Ruta del Despilfarro tuvo una gran repercusión mediática en todo el mundo. De ella se hicieron eco unos 80 medios de comunicación, como la televisión pública japonesa NHK, la de Dinamarca, DR.DK; France-2; Al-Jazeera; y diferentes medios de Alemania, Italia o Finlandia.

La aparición más sonada fue en la británica BBC, donde se incluyó como parte del reportaje The great spanish crash (El gran crack español). Fue duramente criticado por Rita Barberá, quien dijo que tras la emisión había “intereses turísticos”, un partido político (Compromís, algo que los organizadores negaron rotundamente a este medio) y que a los británicos les molestaba el progreso de la Comunitat Valenciana.

La Ruta del Despilfarro llegó a promover hasta 18 recorridos diferentes para descubrir la ciudad de València. En ella han participado más de 2.500 personas en 80 ediciones. Además de la corrupción política, también organizaron rutas dedicadas a los servicios públicos, a los barrios con “propuestas alternativas” y rutas históricas sobre patrimonio abandonado, los represaliados o la Inquisición.

Las rutas nacieron con el objetivo, según Teresa Galindo, de aglutinar “lo que está disperso en diferentes medios de comunicación” y “parte de la necesidad de que la ciudadanía tenga espacios de comunicación para interactuar y reflexionar” sobre ello.

Para Miguel Ángel Ferris, como pedagogo, su “preocupación” es que “la población con un nivel de conocimiento medio-bajo pueda entender qué ha pasado con su ciudad. Casi todas las rutas tienen un afán de divulgación periodístico, pero también pedagógico”.

El objetivo es que la población con un nivel de conocimiento medio-bajo pueda entender qué ha pasado con su ciudad”

Raquel Andrés Durá
Artículo publicado en La Vanguardia

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