XVI FORO DEMOCRACIA E INDIGNACIÓN

Marita Macías

Presentación del XVI Foro Fundación Hugo Zárate

MARITA MACÍAS PRESIDENTA DE LA FUNDACIÓN HUGO ZÁRATE

Buenos días y bienvenidos a este XVI Foro de la Fundación Hugo Zárate. Gracias por estar aquí, puntuales, una vez más, esta mañana de sábado. Parece increíble, pero aquí estamos y vamos por el decimosexto año.

Nuestro agradecimiento a Ricardo García Zaldívar nuestro conferenciante, y a Javier Ortiz Ahulló, Adrián Vidal Conesa y David Moreno Hernández por su participación en el foro moderando los talleres. También a Dolores Vidal Conesa, moderadora de la mesa de conclusiones.

Como desde unos años, gracias a Fundar por la cesión de sus instalaciones. Ciertamente nos sentimos muy cómodos aquí.

Está a vuestra disposición la publicación del anterior foro, del año 2010, porque casi todos sabéis de nuestro compromiso en su publicación. Se realizó en torno a las “Adicciones, el espejismo de una sociedad libre” y recoge la intervención de José Chamizo de la Rubia, Defensor del Pueblo Andaluz así como las conclusiones de los grupos de trabajo.

Tal como solemos hacer, escucharemos en principio, la intervención de nuestro invitado, Don Ricardo García Zaldívar, seguidamente tomaremos un café aquí mismo, y nos distribuiremos en los grupos, en los que ya por supuesto os debéis haber inscrito. Terminaremos con la puesta en común de sus ideas, propuestas y conclusiones y marcharemos a comer. A quien le apetezca venir, estaremos aquí cerquita y con un menú barato, que se lo comunique a las organizadoras, a Lola Vicente y Satur Vidal.

Contenido

A comienzos de este año en la última comisión ejecutiva de la Fundación, pensamos sobre el tema a desarrollar en este foro. Después de un animado debate, concluimos y opino que acertadamente, que deberíamos pensar en voz alta y de la mano de una persona experta, en torno a nuestra crisis del Estado Democrático y todo lo que estaba aconteciendo en ese momento en nuestro país, pero todo ello más allá de la crisis económica que nos afecta a todos/as.

Es decir, en aquel momento nos planteamos hasta dónde en nuestro Estado Democrático y Social de Derecho, con unos representantes políticos legítimamente elegidos, se podía desde el poder ejecutivo tomar una serie de medidas absolutamente opuestas a la opinión de los/as ciudadanos/as y por supuesto no contempladas en los programas electorales de los partidos, poniendo así en tela de juicio y en duda la representatividad de los políticos actuales. Por aquel entonces, aún no había surgido el Movimiento 15-M.

Nos cuestionamos si se trata de una crisis económica o una crisis del sistema. Sin embargo y a partir de mediados de Mayo, al ver cómo las calles se llenaron de jóvenes y no tan jóvenes, manifestándose y afirmando que ¡¡¡No nos representan!!! y todo ello además, desde un contexto pacífico pero de indignación, nos inclinamos por la segunda opción: porque además de una dramática crisis económica, está absolutamente en tela de juicio, la representatividad y el propio sistema del Estado Democrático.

Vivimos en un estado capitalista, en el que después de la 2ª Guerra Mundial, se reconocieron los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, consiguiendo así un estatus de ciudadanía de carácter igualitario para todos los miembros de la sociedad. De este modo y junto con la función del Estado de legitimación, llegamos a una cohesión social necesaria para la paz social y para que todos y todas podamos disfrutar y ejercer nuestro estatus de ciudadanía.

Con este reconocimiento y de la mano de las políticas Keynesianas, hemos podido vivir durante unas décadas de un crecimiento y bienestar que nos hizo pensar en una situación social ciertamente amable, a pesar de estar imbuida del más puro espíritu capitalista.

Pero el modelo de bienestar, que comprende el pleno empleo, las prestaciones y pensiones públicas, ha tocado techo.

La búsqueda del máximo beneficio y la acumulación por parte de los capitales, ha hecho que se liberalicen los mercados y se privaticen muchos servicios públicos.

El incremento galopante del paro, la política fiscal regresiva que grava más a las rentas del trabajo que a los grandes capitales favoreciendo la evasión y fraude fiscal, y el comportamiento de los bancos, aboca al caos económico en el que los estados están inmersos, y en manos porque así lo han facilitado, de los mercados financieros internacionales y la circulación de capitales, en donde la especulación y beneficio inmediatos sin ningún tipo de escrúpulo, son su santo y seña.

¿Y a la ciudadanía que nos queda? Pues ejercer el derecho al voto cada 4 años, pero que en estos momentos de poco sirve, porque el poder, el verdadero, el poder de los mercados ha desplazado al poder político cuando se trata de las decisiones y proyectos cruciales para todos nosotros y nosotras.

Tal y como tenemos el Planeta, donde es más necesario que nunca un modelo de crecimiento sostenible, solidario, ecológico, y profundamente social , qué lejos están los partidos políticos y los mercados.

Pensamos que hemos de buscar las alternativas ciudadanas que nos lleven a un cambio, al ejercicio de la política de modo honesto y honrado, a la regeneración profunda de la vida democrática, a encontrar la esperanza para el futuro de la juventud y el presente de los demás.

Y ello no significa al menos en lo que a mí concierne, creer en el descrédito absoluto de la política. Yo soy de las que aún cree en el ejercicio de la política como instrumento de cambio. Son las personas que ejercen la política las que no lo hacen honradamente; y por supuesto tampoco todas. No podemos generalizar. Como en todos los ámbitos de la vida, también hay gente muy honesta, coherente y honrada ejerciendo la política.

Hemos de caminar en la vía de que el poder económico, no neutralice a los otros tres poderes y a que la ciudadanía encuentre y se le reconozca, su valor, voz y espacio.

Decía Balzac que en tiempos de crisis las mentes de los seres humanos se agudizaban y se exprimían pensando en buscar nuevos campos de visión futura y de esperanza.

Pues con todas estas preocupaciones, fue como nos acercamos a nuestro invitado, Ricardo García Zaldívar.

Es vasco, nacido en Bilbao, es Doctor en Economía por la Universidad de Bilbao y Doctor en Estudios Territoriales y Urbanos por la Universidad de Paris la Sorbonne.

Tiene una amplia y experimentada trayectoria profesional en la que casi siempre ha simultaneado la docencia universitaria con los temas de consultoría, pero siempre desde la Economía, los Recursos Naturales y los trabajos de ordenación ambiental, turística y sostenibilidad, desarrollándolos en ciudades españolas y de América Latina.

Actualmente es profesor en Economía de los Recursos Naturales y Medio Ambiente en la Universidad Carlos III de Madrid desde el año 2004, y desde 1976 consultor especializado en los temas antes mencionados.

Pero nosotros nos fijamos en él, por ser el Presidente de ATTAC España, organización que trabaja por la justicia económica global y de la que le pedimos nos amplíe algo de información.

Ricardo García Zaldívar ha trabajado como voluntario en proyectos de cooperación internacional para el desarrollo, conociendo bien el funcionamiento de las instituciones de cooperación española e internacionales, trabajando en barrios marginales su remodelación urbanística y territorial así como la formación ciudadana de las comunidades vulnerables.

Su intervención lleva por título “Las finanzas no deben gobernar el mundo” y seguro que nos va a despejar muchas dudas así como animarnos a no dejar de indignarnos.

Muchas gracias y tienes la palabra.